Un 31 de mayo como hoy, pero de 1993, marcó un antes y un después en la historia del rock británico. Ese día, los hermanos Gallagher y su banda Oasis encontraron la oportunidad que los lanzaría a la fama, gracias a un encuentro inesperado con Alan McGee, fundador del sello Creation Records. El resto es historia.
Todo ocurrió en el King Tut's Wah Wah Hut, un pequeño club en Glasgow. La banda, que había viajado desde Manchester para acompañar a un grupo amigo, no figuraba en la programación oficial. Sin embargo, lograron convencer a los organizadores de que los dejaran tocar algunos temas en el backstage. McGee, que estaba allí por casualidad, quedó impactado por la energía de la banda. Fue el momento decisivo que los llevó a firmar su primer contrato discográfico.
Definitely Maybe: el despegue de Oasis
Gracias a ese contrato, Oasis comenzó a trabajar en su primer álbum, Definitely Maybe, que vio la luz en 1994. El disco no solo debutó en el número uno en el Reino Unido, sino que capturó el espíritu de una generación con canciones como Rock 'n' Roll Star, Supersonic y Cigarettes & Alcohol. Su estilo directo, crudo y lleno de actitud conectó con una juventud británica en busca de identidad, marcando el inicio de la era del britpop.
Pero fue Live Forever, lanzado como single en agosto de ese mismo año, la canción que definió su sonido y su mensaje. La letra, escrita por Noel Gallagher, ofrecía una visión de esperanza en medio del desencanto social, y se convirtió en un himno generacional que todavía hoy resuena.
La escena que definió una década
El ascenso de Oasis transformó para siempre la escena musical británica de los 90. Su rivalidad con Blur, sus declaraciones provocadoras y su capacidad para llenar estadios los convirtieron en figuras centrales del movimiento cultural de la época. El impacto de esa noche en Glasgow fue mucho más que una simple anécdota: fue el punto de partida de una de las bandas más influyentes de las últimas décadas.